Imagen ilustrativa, no corresponde a las cuevas mencionadas en el texto. |
La historia del padre Martínez es que era un cura bastante malo, complicado. Tenía muchos esclavos y tenía mucho oro. Hizo construir unas cuevas por sus esclavos y les hizo trasladar el oro en mulas hasta ese lugar. Cuando ya estaba allá guardado el oro, le sacó los ojos a sus esclavos y los dejó en ese lugar, para que ellos nunca vieran dónde se había guardado el oro y el secreto del tesoro se conservara en el tiempo. Entonces las gentes cuentan que lo ven sentado en una mula, sin cabeza y volteado hacia la cola de la mula. Él invita a la gente a ir a Roma con el, y el que vaya a Roma con él, montados en el animal, le entregará el tesoro. Otros dicen que es un fantasma que se para al otro lado del río y dice:
Paso, paso, o me tiro
Y si la gente no le responde ahí lo van a tener toda la noche fregando, (molestando).
Entonces la gente le grita: - Pase hiji de...
Entonces el hombre se tira y al rato lo oyen pasar con un poco de perros arrastrando unas cadenas
(Contado por Jorge Diaz, recuperador de la tradición oral de la ciudad de Cartago, Colombia, en el Primer Encuentro Regional de Contadores de Historias y Leyendas, publicado en Memoria de tres encuentros, Instituto andino de artes populares del Convenio Andres Bello, Quito, 1990, p. 54)
DE JOVEN PASABAMOS.POR AHI.A VERLAS NUNCA ENTRAMOS
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