Existen cientos de mitos y leyendas relacionados con extrañas luminarias nocturnas. Pequeñas luces, destellos y llamas que aparentemente no responden a las leyes de la física conocida por el momento. De entre todas ellas, quizás las más antiguas sean los fuegos fatuos, unas fugaces luminiscencias que aparecen en cementerios y zonas pantanosas relacionadas con la inflamación espontánea de ciertas materias, pero que en algunos casos, parecen retroceder ante la presencia de observadores.
La espontaneidad y la corta duración de estas luminiscencias las convierten en algo prácticamente imposible de captar en imágenes, lo que aumenta su halo misterioso y enigmático que, desde los primeros reportes hace ya muchísimo tiempo, no ha hecho más que aumentar ante la falta de una respuesta científica a este fenómeno.



Por último queda la explicación más antigua, la que viene dada por mitos y leyendas del folclore europeo que relacionan directamente los fuegos fatuos con motivos menos terrenales y científicos. Según algunas leyendas, estas extrañas luces son fruto de espíritus malignos que intentan desviar a los viajeros de su camino. En otras se dice que son los espíritus de niños sin bautizar o nacidos muertos que danzan con su luz entre el cielo y el infierno. Otros mitos, más románticos, las relacionan con hadas del bosque o personajes y criaturas un tanto oscuros.
Nota del administrador:
Es sumamente complejo afirmar qué sigue después de la vida terrenal, qué sucede cuando el óbito llega de manera inesperada o anunciada; lo cierto es que en algunos lugares especialmente caminos altamente transitados o en panteones, es común ver este tipo de manifestaciones, algunos rumoran que estas luces no son otra cosa más que la presencia de un alma, otros que indican la presencia de entierros indios. La verdad hasta el momento es un misterio tanto para la comunidad científica, como para el mundo en general.
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