La posibilidad de que la Tierra sea hueca, de que se pueda
entrar en ella a través de los polos Norte y Sur, y de que civilizaciones
secretas florezcan en su interior, ha espoleado las imaginaciones desde tiempo
inmemorial. Así, el héroe babilonio Gilgamesh visitó a su antepasado
Utnapishtim en las entrañas de la Tierra; en la mitología griega, Orfeo trata
de rescatar a Eurídice del infierno subterráneo; se decía que los faraones de
Egipto se comunicaban con el mundo inferior, al cual accedían a través de túneles
secretos ocultos en las pirámides; y los budistas creían (y creen todavía) que
millones de personas viven en Agharta, un paraíso subterráneo gobernado por el
rey del mundo.
El mundo científico no fue inmune a esta
teoría: Leonard Euler, un genio matemático del siglo XVIII dedujo que la Tierra
era hueca, que contenía un sol central y que estaba habitada; y el doctor
Edmund Halley, descubridor del cometa Halley y astrónomo real de Inglaterra en
el siglo XVIII también creía que la Tierra era hueca y albergaba en su interior
tres plantas. Ninguna de estas teorías estaba sustentada científicamente, pero
alternaban con varias obras de ficción sobre el mismo tema, las más importantes
de las cuales eran Las Aventuras de Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe
(1833), en la cual el héroe y su compañero tienen un terrorífico encuentro con
seres del interior de la Tierra; y el Viaje al centro de la Tierra de Julio
Verne (1864), en la cual un profesor aventurero, su sobrino y un guía penetran
en el interior de la Tierra a través de un volcán extinguido en Islandia, y
encuentran nuevos cielos, mares y reptiles gigantescos y prehistóricos que
pululan en los bosques.
La creencia en una Tierra hueca estaba tan
extendida que incluso Edgar Rice Burroughs, el célebre autor de Tarzán, se
sintió obligado a escribir Tarzán en las entrañas de la Tierra (1929), en el
que el famoso hijo de la selva va a Pellucidar, un mundo que se encuentra en la
superficie interior de la Tierra y que está alumbrado por un sol central.
La
sombra más allá del tiempo (1936) de H.P. Las famosas expediciones de Byrd
entraron por vez primera en la controversia de la Tierra hueca cuando varios
artículos y libros especialmente Worlds beyond the Poles (Mundos más allá de
los Polos), de Amadeo Giannini pretendieron que Byrd había en realidad volado
no por encima del Polo, sino hacia dentro de los grandes agujeros que llevan al
interior de la Tierra. Ray Palmer, basándose principalmente en el libro de
Giannini, introdujo esta teoría en el número de diciembre de 1959 de su revista
y, a raíz de ello, mantuvo una voluminosa correspondencia al respecto
Lovecraft transportó el tema a la época actual describiendo una raza
antigua y subterránea que dominó la Tierra hace 150 millones de años y que,
desde entonces, en el refugio de la Tierra interior, ha inventado aviones y
vehículos atómicos, y domina el viaje en el tiempo y la percepción
extrasensorial .¿Podría ser hueca la Tierra? De nuevo, la respuesta ha de ser
negativa.
Al contrario de lo que sucedía con los primeros teóricos de la Tierra
hueca, las propiedades físicas y la estructura del interior de la Tierra pueden
medirse hoy exactamente con sismógrafos y computadoras electrónicas. Lejos de
ser hueca, la Tierra está compuesta de cuatro capas principales: la corteza, el
manto, el núcleo y el nucléolo.
La corteza de granito y roca basáltica tiene un grosor de 30 a 40 km.
(mucho más delgada en las fosas oceánicas). Debajo de la corteza está el manto,
que se extiende hacia abajo durante 2 900 km., y es sólida y compuesta de
silicatos de magnesio, hierro, calcio y aluminio. Y debajo de esto está el
núcleo, que se cree debe estar compuesto principalmente de hierro en estado de
fusión.
Finalmente, a una
profundidad de unos 5.090 km. está el nucléolo, que es posible que sea sólido
como resultado de la congelación del hierro bajo la extraordinaria presión de
unas 3.200.000 atmósferas. Aunque muchos detalles no son más que hipótesis en
espera de que los avances de la ciencia nos permitan confirmarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario