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martes, 12 de junio de 2012

Canibalismo... ¿Apocalípsis zombie?


Se trata de crímenes que han horrorizado e intrigado al mundo.

Primero fue Rudy Eugene, el caníbal de Miami con su comportamiento "zombie", que estaba comiéndose a su víctima cuando fue ultimado a balazos por la policía.


Rudy Eugene
Luego lo sucedió  la estrella porno gay Luka Magnotta presuntamente asesino, descuartizador y devorador de su ex amante, con el morboso agregado de un supuesto video on line con la matanza.

Detrás de ellos, en China Zhang Yongming, "El Monstruo Caníbal" se comió 11 adolescentes y fue descubierto vendiendo las entrañas de las víctimas como carne de avestruz en el mercado, y mientras en el viejo continente un hombre se devoraba los labios de su esposa en Suecia, en New York, en un fino restaurante, un comensal mordía la oreja de otro, en Tokio un hombre cocinaba y vendía testículos humanos, mientras en New Jersey un sujeto se apuñalaba a sí mismo arrojando sus intestinos a la policía, y durante el penúltimo fin de semana Brandon de León y Carl Jacquenaux manifestaban similares patologías, también en Estados Unidos.


Luka Magnotta
Pero lo cierto es que estos son sólo los últimos de una larga fila de caníbales cuyas hazañas han roto uno de los últimos tabúes humanos.

En el año 1931, un hombre se propueso crear y dar a conocer  un registro detallado de sus propias actividades caníbales: el estadounidense William Buehler Seabrook, quien  escribió sobre sus experiencias en un libro llamado "Jungle Ways", en el cual relata que la carne humana  sabe "igual que la de ternera, ninguna persona con el paladar normal podría distinguirla de una de ternera».

Relatando sus viajes por África Occidental cuenta que se unió a una tribu caníbal en la ciudad de Guero donde se realizaban verdaderos festines de carne humana.


Los relatos  de Seabrook son considerados  poco confiables pues incurrió en algunas contradicciones en manifestaciones posteriores, como por ejemplo confesar que los miembros de la tribu africana no le habían permitido tomar parte de su tradición y sólo lo dejaron observar, pero no obstante se tienen en cuenta como una de las  más útiles descripciones sobre canibalismo junto a las brindadas por el japonés Issei Sagawa, quien en 1981 asesinó a Renée Hartevelt,  descuartizó su cuerpo, se lo comió y luego también reflejó su experiencia en un libro ( actualmente vive en libertad y es considerado una pequeña celebridad en Japón ).

Issei Sagawa
Su víctima, Renée Hartevelt


El asesino alemán Armin Meiwes, que mató y se comió en 2001 a un voluntario que respondió a un anuncio suyo en línea,  pidièndole que lo asesinara y se lo comiera documentando el acto en video, describió el sabor de la carne humana como"parecida a la del cerdo pero más amarga y fuerte", mientras el caníbal japonés Issei Sagawa definió su gusto como "suave como el atún".
Un famoso caso contemporáneo de canibalismo fue el de los jugadores de rubby uruguayos supervivientes del accidente aéreo de los Andes en 1970, retratado en la película Alive, quienes se vieron obligados a comerse a sus compañeros de viaje muertos en el siniestro para sobrevivir, y han coincidido en que el sabor de la carne, que estaba semicongelada, era insípido.
Las opiniones de caníbales sobre el sabor de la carne humana, en definitiva es totalmente variada, y puede depender, como cualquier opinión sobre sabores, de la edad de la víctima, la parte del cuerpo y el método de cocción y sus preferencias respecto a las partes del cuerpo también varían considerablemente.
Además, existen constancias de haberse practicado el canibalismo durante el transcurso de varias guerras, específicamente en Liberia, el Congo, en Maarat-An- Numan en ocasión de la Primer Cruzada en la Guerra de los 30 años, en Rusia en 1930 y en 1941 durante el asedio de Stalingrado en la Segunda Guerra Mundial, en Japón durante el transcurso de la misma conflagración contra prisioneros de guerra, y en China durante la guerra civil. 


El canibalismo no es ilegal en la mayoría de los países, y las personas que comen carne humana suelen ser acusados ​​de delitos no relacionados con el canibalismo, como el asesinato o la profanación de un cuerpo. 

El Korowai - un grupo étnico de unas 3.000 personas que viven en Nueva Guinea - es una de las muy pocas tribus que aún creen en comer carne humana como práctica cultural, junto con varias tribus de Melanesia, una región insular de Australia. 


En la antigüedad, el canibalismo es citado con frecuencia como costumbre ceremonial en Mesoamérica y Sudamérica, donde el órgano preferido solía ser el corazón.
En la isla La Española Cristóbal Colón descubrió que la tribu de los caribes atacaban a sus enemigos los arawark y capturaban sus bebés, los castraban y los criaban para comérselos.

El toqui araucano Lautaro se comió la carne de los brazos del conquistador español Pedro de Valdivia, como venganza por las atrocidades cometidas previamente por el español contra su tribu.


Fernando de Magallanes

El famoso explorador español Fernando de Magallanes encontró la muerte a manos de una tribu caníbal de Filipinas y lo propio ocurrió con otro gran navegante, el inglés James Cook, devorado por nativos de Hawaii.

Otras culturas caníbales fueron la guaraní en Sudamérica y la ansazi en Norteamérica.

En el Antigûo Egipto, una hambruna sin precedentes llevó a la gente al canibalismo por única vez en su historia en una época registrada como "los años de los chacales" que originó la caída del Imperio Antigüo.

En África, un recordado caníbal contemporáneo fue el dictador africano Idi Amin Dada que devoraba el hígado de sus enemigos, pero también hubo otros como el de la reina zulú Mtombazi o " el emperador de CentroÁfrica " Jean Bedel Bokassa, que se comía niños en edad escolar.

Atila el rey de los Hunos fue uno de los caníbales más sangrientos de la historia, acusado de comerse algunos de sus hijos y hasta a su hermano.

En Europa, se encontraron pruebas indudables de antropofagia sin fines rituales ni señales de hambruna, en Francia, Alemania y España de hasta 800.000 años de antigûedad.
Entre 1978 y 1991, dejó su recuerdo necrofílico y caníbal el famoso "Carnicero de Milwaukee", Jeffrey Dahmer, responsable de la muerte de 17 hombres y niños.

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